Vigo Cup
10/07/2017 a les 09:45
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Celta y Victoria se reparten cuatro de los siete títulos de la Vigo Cup 2017, dominada por los equipos locales cuatro años más tarde

El Real Club Celta, con dos títulos (sub-10 y sub-12) el sábado en Samil y el Victoria, con un trofeo en Samil (sub-14) y otro este domingo en O Vao (sub-8) conquistaron la decimoséptima edición de la Vigo Cup, el torneo internacional de fútbol base que patrocina el Concello de Vigo.

En la jornada de clausura se celebraron las finales sub-7 y sub-8 y el Torneo New Balance de penaltis, idea nacida en 2008 y que cumplía su décima edición. Así, en sub-7 el Rápido de Bouzas superaba al Santa Mariña A por la mínima (1-0) cuatro días después de que ambos ya se vieran las caras en la fase de grupos. En aquel choque los boucenses ganaron 4-1, pero esta vez sufrieron.

Los aurinegros cierran invictos el campeonato con cinco triunfos sobre otros tantos partidos. El Rápido no ganaba un título de la Vigo Cup desde el verano de 2012 (al Areosa en sub-8). Y en sub-7 es el primer entorchado de los de la villa marinera.
En sub-8, título que se jugaba al mismo tiempo, el Victoria A venció y convenció (4-1 al Rápido), adjudicándose por vez primera esta categoría y cazando un trofeo de la Vigo Cup después de tres ediciones saliendo de vacío: su última conquista data de 2013, cuando levantó el trofeo sub-7.

Después llegaba el turno de las emocionantes series de penaltis, con triunfos para Rápido de Bouzas (sub-6 y sub-7), Victoria (sub-8), Areosa (sub-10), Santa Mariña (sub-12), Sárdoma B (sub-14), Maia Lidador (sub-16) y El Olivo (femenina). El título del Olivo puede ser el último que conquisten como equipo de 2ª División.
Como se adelantaba tras los datos manejados de lunes a viernes por la organización, la Vigo Cup concluyó siendo la más deportiva de la historia, con apenas dos jugadores expulsados en siete días de torneo y un fair play que ha llevado a la organización a felicitar públicamente a todos los participantes, unos 3.000 este año repartidos en 170 equipos. Ha sido la edición de mejor comportamiento de la historia.

El sábado se jugaron tres finales de fútbol 7 (sub.10, sub.12 y féminas) y dos de fútbol. Real Club Celta (sub-10 y sub-12), Victoria A (sub-14), Areosa (sub-16) y NBS Seguros (torneo femenino) se alzaron con las otras finales de la tarde en Samil, que registró una magnífica entrada al Armando Cajaraville.

Sub-10. El Celta A derrotó 6-0 al Celta B y reeditó título. El único club que consiguió repetir victoria sobre la edición de 2016 cerró el campeonato con un balance tremendo: seis partidos, seis victorias, seis goleadas. El B, fantástico, hizo lo que pudo para contener el vendaval de un adversario con más edad y físico (el conjunto B era más jovencito), pero el A marcó pronto y, aunque el marcador al descanso era corto (2-0), en la segunda mitad cayeron cuatro dianas más.

Con este título el Celta acumula siete trofeos desde que en 2004 se creó la competición sub 7 en el torneo internacional de fútbol base. Ganó tres en fila (de 2011 a 2013) y, con el paréntesis de 2014, lo ha vuelto a hacer (tricampeonato, de 2015 a 2017).

Sub-12. El Celta resolvió su final en el primer tiempo porque al descanso los celestes ya vencían por 3-0 y los dos primeros goles habían llegado pronto. Con todo, el Colegio Hogar peleó hasta el final y tuvo varias ocasiones en la segunda parte hasta que el tanto del honor llegó, en perfecta palanca, siendo celebrado por el numeroso grupo de aficionados colegiales. Su afición estuvo tan sobresaliente como el equipo.

Féminas. El NBS Seguros vuelve a reinar. Y con toda justicia. Una “killer” es siempre una “killer”, bien en campo de fútbol, bien en cancha de fútbol 7. Balón centrado desde el carril derecho del ataque del NBS para que Tania Penedo, en el centro del área, metiese un perfecto cabezazo que abría el marcador. La delantera sardomista acaba la temporada en una forma extraordinaria y demostrando que marca diferencias en el terreno de juego. Al descanso, el NBS había dado matarile al Matamá oficial, con Chicho Val y David Ferreiro en el banquillo. 3-0 y choque resuelto. El segundo, también de Tania, encarriló la final y, para infortunio, Carla, en propia puerta, hacía el tercero. Con Tania y Sandra Serrano, del Sárdoma, y jugadoras del Matamá (todas coincidieron en el Erizana hace dos años) el título era suyo. Kily, Lau, “Pipa” (Sara Paz), “Puyi” (Laura Paz), Noe, Pau… Título para sardomistas y jugadoras del Matamá.

Sub-14. El Victoria A levantó la Vigo Cup en la primera final de la tarde en Samil y vuelve al cuadro de honor del torneo dos años después. El triunfo, por 2-0, deja a los de Nigrán sin títulos un año después de haber sido la revelación de esta copa veraniega con tres títulos. Así, el único equipo no vigués en las finales de este año dejó el camino expedito para que los clubes de la ciudad se llevaran los siete títulos, lo que no ocurría desde 2013.

Sub-16. El Coruxo A tendrá que que esperar un año más. Porque el Areosa es el equipo Vigo Cup por excelencia en sub-16, donde ya suma siete entorchados (de 2008 a 2012 y en 2015 además de ésta). Y eso que la final fue la más rocambolesca de la década. Al minuto, Sergio Souto, árbitro de la final (dirigió también la sub 14 y la femenina con buen criterio), decretaba penalti en el área areosista. El capitán de los de O Vao lanzaba a la derecha de Mateo pero este adivinaba la trayectoria y sacaba una mano excelente. La jugada no acababa ahí porque el rebote era cabeceado por Yakob… y Antonio, lateral derecho de los de Félix Vidal, despejaba de forma acrobática sobre la línea de gol.

Después, Héctor hacía el 1-0 para el Areosa… y el Coruxo remontaba con dos tantos, el primero de Yakob, antes del descanso. La arenga de Vidal entre periodos surtió efecto porque Luis igualaba. Un minuto antes, Juan, de cabeza, había tenido el tercero para los de O Vao, pero... Y cuando todo apuntaba a la suerte de los penaltis, una galopada por la banda derecha con centro al área acababa en gol de Andrés en propia puerta al intentar despejar. El Areosa vuelve a reinar con una circunstancia curiosa: Sergio Torres, su “10”, es hijo de un pívot, José Enrique, de la intensa época del baloncesto vigués de los años 80-90.

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